Las modificaciones a una ley sancionada en 2016 tuvieron lugar en el Senado y después en Diputados. Los jefes comunales lograron 68 votos a su favor.
Festejan por igual los Posse y los Descalzo, radicales y peronistas que veían correr rápido la fecha del almanaque con una sola preocupación: ver que su último mandato se diluía y no había posibilidad de reelección.
Alcaldes de ambos lados de la “grieta” lograron la feudalización de sus municipios. Esto se debe a una reinterpretación de la norma original que estipulaba que el último período era 2015-2019 y que este mandato se contemplaba como el último. Los interesados en perpetuarse, sostenían que el 2019 debía ser el “primer período” tras la ley y que el segundo ya sería 2023-2027 habilitando un tercer mandato consecutivo.
La ley indicaba que si pedían licencia, podían eludir ese período. Por esa razón apuraron a Mario Secco (Ensenada), Mario Ishii (José C. Paz) y Gustavo Menéndez (Merlo) para que asumieran en diferentes cargos en provincia ya que si tenían dos años y un día de ausencia en sus municipios, podían quedarse otro período más. La modificación contó con voluntades del kirchnerismo, la UCR y un sector del Pro. Los legisladores que responden a Massa y componen el Frente Renovador manifestaron su desacuerdo en ambas cámaras. El Jefe de Gabinete provincial, Martín Insaurralde, generó condiciones para dicho acuerdo.
Alcaldes como Alberto Descalzo de Ituzaingó, gobiernan el distrito desde 1995 de forma ininterrumpida.