Empleados de un banco avisaron a la policía por un objeto sospechoso que alguien había dejado en el sector de cajeros automáticos. Luego del trabajo de la brigada antiexplosivos pudieron determinar que era una heladerita con comida.
Hoy por la mañana se vivieron momentos de tensión en la sucursal que el Banco BBVA tiene en la calle Arias, entre Rodríguez Peña y Carlos Casares. La gerenta de la entidad encontró una conservadora que hizo creer a los empleados que podía ser una bomba o algún artefacto similar.
Tras la llamada de rigor al 911, integrantes de la brigada de explosivos de Morón fueron hasta el lugar y comenzaron a analizar el objeto para determinar lo que era.
En el centro de Castelar comenzaron a correr los rumores, que incluso hablaron de una amenaza de bomba a la sucursal. Sin embrago, y tras el trabajo de los especialistas, se pudo determinar que tan sólo era una conservadora con comida.
Adentro tenía un tupper con una milanesa y su guarnición de ensalada, los cubiertos necesarios para el almuerzo y hasta un repasador.