Este martes 3 de enero murió Elena Huelva a los 20 años, la joven influencer española con más de 800 mil seguidores que luchaba contra un cáncer de huesos que le diagnosticaron cuando tenía 16 años.
Al ser diagnosticada se refugió en las redes sociales y comenzó a documentar su día a día y así logró ganarse el cariño de millones de personas alrededor del mundo con su lema: “Mis ganas ganan”.
Desde el primer momento que obtuvo el diagnóstico, Huelva se sometió a tratamientos de quimioterapia y radioterapia y así fue que en un poco más de un año después la enfermedad parecía haber retrocedido. No obstante, luego de unos meses la joven recayó con metástasis en los pulmones.
Si bien probaron varios tratamientos hasta que, en septiembre de 2021, encontraron uno que daba resultados, aproximadamente un año después, en el verano de 2022, le comunicaron que dicho procedimiento había dejado de funcionar y debió retomar la quimioterapia. “La enfermedad había crecido en otro lugar además de los pulmones”, relató en su momento.
“Las cosas no están yendo bien. Me han encontrado más enfermedad en la tráquea, que es muy peligroso. Como sabéis, es por donde respiramos, y no hace falta que diga mucha gran cosa más”, anunció tristemente Huelva el pasado 4 de diciembre.
De todas formas, remarcó: “Quiero dejar en claro que yo ya he ganado, mis ganas han ganado por todo el amor y por las personas que tengo a mi lado. Pase lo que pase, sé que mi vida no habrá sido en vano porque he luchado y he conseguido lo que quiero, visibilizar”.
“Mis ganas ganan para todo, no hace falta ganar para saber que ya hemos ganado, porque al final la vida se trata de vivir y llevarte los recuerdos con las personas, y me llevo muchos recuerdos buenos con personas maravillosas“, cerró la joven en un video que compartió a través de instagram.
Pero lamentablemente, fue también a través de este medio, donde el padre anunciaban su fallecimiento “Desde esta mañana, Elena os baila y os mira desde su estrella. Gracias por todo”.
Fueron muchos los mensajes de despedida que invadieron Instagram en las horas siguientes. Uno de ellos fue el de la periodista Sara Carbonero, quien conoció a la influencer casi de casualidad al cruzarse en la Gran Vía de Madrid y, tras intercambiar números de teléfono, comenzaron un diálogo que se transformó rápidamente en una amistad.
“Querida Elena, qué día tan triste, qué vacío tan grande y qué injusta es la vida. Cómo duele”, escribió, a modo de introducción, junto a una serie de postales que capturaron los hermosos momentos que vivieron juntas. “Aún no me puedo creer que no vaya a escuchar nunca más tu dulce voz, que no podamos intercambiar canciones de madrugada ni disfrutar de todos los conciertos que nos quedaban por vivir”, continuó.
“Hace unos días hablamos por teléfono para despedirnos pero en lo más profundo de mí, tenía la esperanza, igual que tú, de que eso no ocurriera”, admitió. Y agregó: “Me has enseñado e inspirado tanto, tanto. Ya te lo dije. Me cambiaste la vida. Has sido un regalo y te seguiré dando las gracias todos los días por aparecer aquella tarde en Gran Vía. Cuando nos cruzamos y ya no pudimos separarnos. Ya sabes que no creo mucho en las casualidades, pero sí en el destino caprichoso”.
“Todo estará bien por aquí abajo pero un poco más oscuro. Porque nos falta tu luz, porque eras faro brillando. Única e irremplazable. Porque en tus apenas 20 años comprendiste mejor que mucha gente de qué va esto de la vida y nos diste una lección, sin pretenderlo. Porque hacen falta en este mundo muchas más personas como tú”, manifestó.
Y, sobre su amistad, reflexionó: “Dicen que solo muere lo que se olvida. Yo te recordaré eternamente. Mis niños también. Hicisteis muy buenas migas, les hablaré mucho de ti y de todas nuestras aventuras juntas. De la amiga más especial y valiente que se puede tener. Te pondré siempre como ejemplo de cómo plantarle cara a la adversidad. Gracias por todo lo que me has ayudado y enseñado. Ojalá haber tenido algo más de tiempo para bailar”.
A modo de cierre y como punto final, escribió: “Te voy a echar mucho de menos. Nada va a ser lo mismo. Vuela alto como esas libélulas que tanto nos gustan. Te quiero muchísimo”.