Leyendas urbanas aterradoras de Argentina. Recorren los caminos de boca en boca. Mitos que se agigantan, datos alterados para mayor atractivo literario y personajes del folklore completan las historias sobre aquellos hechos sobrenaturales del país.
Leyendas urbanas aterradoras de Argentina. La primera tiene lugar en Recoleta. Un muchacho conoce a una joven en un bar de su vecindario. Charlaron y al terminar la noche se dijeron adiós en una calle cercana al cementerio. El le dió su campera por que ella tiritaba.
(por Santiago Alonso).- A la mañana siguiente el protagonista del relato, buscando datos sobre la muchacha preguntó a un guardia de seguridad si conocía a una chica que solía moverse por la zona y siempre estaba vestida de blanco. El encargado de seguridad llevó al hombre a una tumba toda pintada de blanco.
Se trataba de la hija del escritori Enrique García Velloso quien murió de leucemia a los 15 años de edad. Lo más escalofriante es que encima de la lápida estaba la campera del joven. La misma que el le dió a la chica que conoció en el bar la noche anterior.
La segunda historia transcurre en el Estadio Monumental de River Plate. Estamos en el Domingo 23 de Junio de 1968, día en el que se jugaba el superclásico.
Estaban a la espera del comienzo unas 90.000 personas. El partido no avanzaba. No se registraban situaciones de gol y la emoción era casi nula. Lo que no era nulo era el frío. Como no sucedía nada trascendente parte del público tomó la decisión de retirarse. Sin embargo una de las puertas, específicamente la número 12 no se abría.
El resultado fue una tragedia. 71 personas murieron producto de la avalancha de gente que se empujaba para poder salir. Las autoridades realizaron las investigaciones correspondientes pero no se llegó a ninguna conclusión dado la falta de evidencia.
Cada año, exactamente cada 23 de junio se dice que pueden escucharse por la noche los fantasmas atormentados de aquellas víctimas. Un restaurante ubicado en Figueroa Alcorta detalla que ese día no se sirven infusiones por que se tornan de un color oscuro y tienen un gusto raro.
Última historia en este artículo. Nos lleva a Barracas y a la calle Isabel la Católica 520. Allí esta ubicada la Iglesia de San Felicitas. Ahora estamos en 1859
Se llama así en homenaje a Felicitas Guerrero, una mujer cuya belleza era directamente proporcional a la maldición que portaba. Contrajo matrimonio con Martín de Álzaga, un hombre que la triplicaba en edad. Ella tenía 15 años.
Buscaron tener un hijo sin éxito. Dos veces quedo embarazada y dos veces perdió al bebé. A los 26 años ya era millonaria y viuda. En cada lugar en el que se presentaba públicamente deslumbraba a los demás por su belleza. Todos los hombres que se animaban la intentaban cortejar.
Para continuar su vida mas allá de las pérdidas decide darle una oportunidad a uno de ellos. Pero un pretendiente cegado por los celos y la ira llamado Enrique Ocampo la mata a balazos.
Sus padres deciden construir una iglesia en su memoria, en la casa donde Felicitas fue asesinada. En 1876 se inaugura. Pero según cuentan el párroco cada 30 de enero el fantasma de la joven aparece llorando vestida de blanco.
La otra leyenda dentro de este cuento indica que si se ata un pañuelo en los barrotes de la iglesia al otro día aparecemojado debido a las lágrimas de Felicitas.