En una manifestación convocada por la CGT y diversas organizaciones gremiales y sociales, una gran multitud se congregó el miércoles frente al Congreso Nacional para celebrar la “unidad de los trabajadores” y respaldar “los derechos conquistados” por la clase obrera. Este evento tuvo como objetivo expresar la oposición al DNU y la ley ‘Bases’ propuestas por el Gobierno.
Desde tempranas horas de la mañana, los participantes se reunieron en la Plaza del Congreso, y al mediodía, las calles circundantes se vieron abarrotadas, desafiando las medidas de seguridad establecidas por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Cerca de las dos de la tarde, resonó el Himno Nacional seguido de cánticos como “La patria no se vende”, consigna que ha caracterizado las protestas contra el Gobierno desde el anuncio del decreto de necesidad y urgencia el pasado 20 de diciembre.
A lo largo de la jornada, se entonaron cánticos como “Unidad de los trabajadores/y al que no le guste se jode”. Durante la lectura del documento conjunto de las centrales de trabajadores y los discursos de los oradores, los manifestantes escucharon atentamente, interrumpiendo solo con aplausos y cánticos.
La Plaza se llenó de carteles y banderas con consignas como “La patria no se vende, se defiende”, “Ni un paso atrás”, “Sin libros no hay cultura” y “Contra el ajuste y la represión ¡Lucha y organización!”, entre otras. A pesar de las altas temperaturas, los participantes buscaron refugio bajo árboles, paraguas y banderas.
Los vendedores de bebidas fueron muy solicitados para aliviar la sed y el calor de los manifestantes. Además, se hicieron notar numerosas bombas de estruendo, pirotecnia, drones, globos y banderas que dieron color a la Plaza, predominantemente con los colores celeste y blanco.
La solidaridad entre las distintas agrupaciones fue evidente, alentando la convivencia y desestimando respuestas ante provocaciones. Aunque se observaron grupos autoconvocados, la presencia de organizaciones sindicales, políticas, sociales, culturales, educativas y de derechos humanos fue dominante.
Columnas de manifestantes de diversas organizaciones se ubicaron a lo largo de la avenida Rivadavia, reduciendo el tránsito a un solo carril, bajo la vigilancia de la Policía Federal y la Policía de la Ciudad.
Sindicatos como ATE, Uocra, Sipreba, Fatpren, Unión Ferroviaria, La Fraternidad, Camioneros y UPCN, entre otros, estuvieron presentes. También participaron organizaciones sociales, culturales y políticas como Polo Obrero, FOL, Partido Comunista, MST Frente de Izquierda, Nuevo Más, Colectivo de Cineastas, 62 Organizaciones peronistas, Libres del Sur, Barrios de Pie, Correpi, entre otras.
En cuanto al acceso a la ciudad, la Prefectura Naval Argentina y la Policía Bonaerense cerraron una subida del Puente Pueyrredón en Avellaneda desde las 11. La Policía de la Ciudad desvió el tránsito en otros puntos estratégicos.
El Gobierno implementó un extenso operativo de seguridad con camiones hidrantes, carros de asalto y efectivos en diversas ubicaciones. Al finalizar la movilización, la Policía de la Ciudad controló la salida pacífica y organizada de los manifestantes.